No estamos formando ciudadanos que sientan interés y se apasionen por el mejoramiento de nuestras sociedades desde una visión global de las cosas. En su lugar, estamos proveyendo a las organizaciones y corporaciones contemporáneas de analistas junior y senior, managers, CEO, CFO, CMO, CTO, CSO, etc., que son expertos operándolo y gobernándolo todo, pero desde un pequeñísimo dominio del saber (su saber técnico). Basta preguntar a estos, por ejemplo, cuál fue la contribución de Einstein a las ciencias, quién fue Rubén Darío (el príncipe de las letras castellanas), Marco Aurelio (un honestísimo filósofo estoico y no tan solo el padre del villano de El Gladiador) o qué es la filosofía (la matriz originaria de todas las ciencias modernas y el saber que explora la realidad a profundidades que las ciencias no llegan).