El acuerdo UE-Mercosur no es un final, sino un principio. Marca el inicio de un camino compartido y crea el marco institucional necesario para facilitar la cooperación en una amplia gama de áreas de interés mutuo, desde la protección de los derechos humanos y el desarrollo sostenible hasta la regulación de la economía digital y la lucha contra el crimen organizado. Este acuerdo impulsará nuestras relaciones no solo entre gobiernos e instituciones, sino también entre parlamentarios, sociedad civil, empresarios, estudiantes, universidades, científicos y creadores.