El mercado espera que la demanda de cobre de los sectores de las energías renovables y los vehículos eléctricos aumente considerablemente en el marco de la transición energética mundial, lo que podría crear una escasez de cobre hacia el final de la década. El mundo se prepara para dicha transición, mientras Codelco intenta hacerse cargo del déficit de producción del principal producto de exportación chileno, causado por el retraso de proyectos en minas que ven cómo se agota el recurso. Con el precio del metal rojo en picada —por la incertidumbre en torno a la demanda de China—, la estatal proyecta que la producción de cobre fino bajaría desde 1,7 millones de toneladas anuales a un poco más de 400 mil al finalizar la década de no contar con un plan. Máximo Pachecho, presidente ejecutivo de la estatal, planteó que el avance de los proyectos sólo permitiría sostener la capacidad productiva. Y es que para aumentar la producción la estatal «necesitaría de una o dos nuevas minas adicionales».