Vejez

La vejez nunca es igual si se cuenta o no con el patrimonio y los recursos para hacerle frente. En muchísimos casos, “vejez pobre” es un oxímoron, una redundancia, porque se trata de un estado en el que decrecen las pasiones y crecen las necesidades. Entonces, se debe preguntar no por “la” vejez, sino por “cuál vejez”, aun sabiendo qué es lo común a toda vejez: que a diferencia de la infancia, la juventud y la adultez, no hay una edad posterior a ella. Después de la vejez está solo la muerte. 

La vejez nunca es igual si se cuenta o no con el patrimonio y los recursos para hacerle frente. En muchísimos casos, “vejez pobre” es un oxímoron, una redundancia, porque se trata de un estado en el que decrecen las pasiones y crecen las necesidades. Entonces, se debe preguntar no por “la” vejez, sino por “cuál vejez”, aun sabiendo qué es lo común a toda vejez: que a diferencia de la infancia, la juventud y la adultez, no hay una edad posterior a ella. Después de la vejez está solo la muerte. 

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