Una ilustración de la periferia de Chile: la zona norte

En el discurso creado por la lógica de la periferia emergen el Gobierno Central –también conocido como “Santiago”– y los extranjeros, ambos como enemigos internos. Finalmente, estamos ante un clivaje que no es nuevo: el gran capital versus las pequeñas ciudades. La lógica de Guilluy puede usarse para explicar la discrepancia entre el rápido declive de la ciudadanía periférica y la concentración de intelectuales de izquierda y tecnócratas neoliberales en Santiago. Por ejemplo, la división se agudiza con la negativa de la ministra Tohá, a pesar de la insistencia de los parlamentarios del norte, de declarar allí un “Estado de Excepción”. 

En el discurso creado por la lógica de la periferia emergen el Gobierno Central –también conocido como “Santiago”– y los extranjeros, ambos como enemigos internos. Finalmente, estamos ante un clivaje que no es nuevo: el gran capital versus las pequeñas ciudades. La lógica de Guilluy puede usarse para explicar la discrepancia entre el rápido declive de la ciudadanía periférica y la concentración de intelectuales de izquierda y tecnócratas neoliberales en Santiago. Por ejemplo, la división se agudiza con la negativa de la ministra Tohá, a pesar de la insistencia de los parlamentarios del norte, de declarar allí un “Estado de Excepción”. 

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