Lo cierto es que la Cámara de Diputadas y Diputados está tomando cada vez más un aire que se asemeja bastante a la criticada Convención Constitucional, y todo indica que se están repitiendo algunas señales que observamos al inicio de la “crisis de la política”, que comenzó cuando se destapó el financiamiento ilegal de la política y que se extendió hasta el año 2019. Sin embargo, pareciera que los dirigentes de los distintos partidos no tienen conciencia de ello. Y así como los ciclos políticos se repiten, el de la confianza pública en las empresas –pagando justos por pecadores– también recibió un duro golpe la semana pasada, cuando se conoció el caso de falsificación de marcas, donde nuevamente está involucrada La Polar. Pero, ya saben, después dirán “no lo vimos venir”.