Se enfrentan en Brasil como en Estados Unidos no dos ideologías sino dos formas de cristianismo. El catolicismo herido de muerte por la pedofilia en el clero, que cree en la culpa y la redención, frente a un evangelismo rozagante que piensa esa redención en termino de triunfo individual. Dos cristianismos que combaten, y de ahí la desesperación evidente con que se detestan usando la misma biblia, un paganismo que, sin presentarse a las elecciones, las gana todas.