Desde 1994, el sistema de pensiones sueco está formado por dos cuentas individuales: una de Capitalización Individual y otra llamada “Cuentas Nocionales”. La primera es similar al caso chileno: las cotizaciones del trabajador se depositan en su propia cuenta y se invierten en el mercado financiero y la pensión se determina sobre la base del ahorro de esa cuenta. La novedad está en la Cuenta Nocional: las cotizaciones del trabajador financian las actuales pensiones (reparto) y se registran en su cuenta individual ficticia, a la que se le aplica una simulación de rentabilidad (igual al crecimiento del salario promedio del país). La pensión se determina sobre la base del ahorro en esa cuenta ficticia.