Esto hace que actualmente el mapa geográfico de la crisis alimentaria en países de América Latina y del Caribe presente focos de población subalimentada, lo que nos sitúa frente a un contexto de mayores desigualdades frente al acceso a los alimentos básicos, pero también frente a posibles situaciones de mayor tensión de carácter socioeconómico, que se le atribuye al aumento de productos esenciales para la actividad agrícola, tal como son las semillas y los fertilizantes. A ello se suman, asimismo, los problemas de falta de rentabilidad para atraer la mano de obra requerida en el sector agrícola.