Este domingo continúan las labores para controlar la propagación de incendios forestales que azotan el centro-sur de Chile y que han dejado al menos 112 víctimas mortales hasta la noche del domingo.
La situación ya ha sido calificada como una de las peores que ha vivido Chile en los últimos años y obligó al presidente del país, Gabriel Boric, a decretar el estado de excepción la noche del viernes.
«Después del terremoto de 2010, los incendios forestales en Valparaíso serán la situación de emergencia que más víctimas ha generado en Chile en el último tiempo», aseguró en una rueda de prensa el sábado la ministra del Interior, Carolina Tohá.
Las autoridades también han dejado abierta la posibilidad de que algunos incendios hayan sido intencionados.
«No sabemos si son grupos organizados o son pirómanos, eso lo tendrá que determinar la justicia”, aseguró el gobernador de Valparaíso, Rodrigo Mundaca, quien agregó que se perseguirá a los culpables.
Los servicios de emergencia aún no han podido acceder a gran parte del territorio, por lo que no se ha podido hacer un levantamiento completo de víctimas ni un recuento de viviendas e infraestructuras dañadas, pero en algunas zonas, como Viña del Mar, ya se contabilizan más de 370 personas desaparecidas.
En un mensaje a la nación, el presidente Boric advirtió de que «dadas las condiciones de la tragedia, el número de víctimas de seguro aumentará durante las próximas horas”.
Boric, que se ha desplazado a la región de Valparaíso, decretó «el estado de excepción por catástrofe para disponer de todos los recursos necesarios» para combatir los fuegos.
«El fuego avanza muy rápido»
El presidente chileno describió la situación como «muy difícil» y subrayó que todavía quedan fuegos activos.
También prometió que se investigará la posible intencionalidad de los incendios «hasta las últimas consecuencias» y dijo que el ejército y los Carabineros han reforzado la vigilancia en las zonas aledañas a los focos activos.
«Tenemos todas las fuerzas desplegadas en el combate a los incendios», comunicó en la víspera el presidente, que el domingo quiso enviar su pésame a quienes hayan perdido algún ser querido y «un fuerte abrazo» a quienes se han quedado sin su hogar.
Los departamentos más afectados son Valparaíso, O’Higgins y la Araucanía.
Un gran número de bomberos equipados con camiones y helicópteros todavía tratan de aplacar las llamas en diversas zonas de Valparaíso, hogar de casi un millón de habitantes.
Pero los esfuerzos de los servicios de emergencia no han logrado controlar la situación.
Boric señaló que “el fuego avanza muy rápido» y las condiciones meteorológicas de los últimos días han hecho mucho más complicado el combate a los incendios.
En las zonas afectadas se han registrado altas temperaturas, vientos fuertes, con un promedio de 30 kilómetros por hora y con rachas de hasta 60, a lo que se suma una muy baja humedad.
«Tenemos que dejar que se quemen las casas»
Patricio Brito, comandante de Bomberos de la ciudad de Viña del Mar, dijo en declaraciones citadas por el diario El País: «En este momento tenemos un caos».
«Ya no se puede hacer nada por las casas. Tenemos que dejar que se quemen, no tenemos otra opción que dejar que baje el fuego», indicó un vocero local de los servicios de emergencia.
Se han reportado incendios en casi todo el centro de esa ciudad de más de 325.000 habitantes.
Los bomberos llevan horas tratando de extinguir las llamas en centenares de casas y fábricas de la ciudad.
El gobierno chileno decretó el sábado un toque de queda en las comunas de Limache, Quilpué, Villa Alemana y Viña del Mar, con el objetivo de mantener las vías despejadas y facilitar el desplazamiento de los efectivos de emergencia.
Boric también realizó un sobrevuelo por las zonas afectadas por las llamas en Valparaíso y prometió a los residentes que su gobierno estaría ahí «para ayudarlos a levantarse”.
Según el Ministerio del Interior, los incendios de mayor preocupación por su rápido avance e intensidad son los que afectan al Complejo Las Tablas, en Viña del Mar, que ha consumido 6.800 hectáreas.
El fenómeno de los incendios no es nuevo en Chile.
Impulsadas por una ola de calor récord, el año pasado las llamas dejaron 27 víctimas mortales y afectaron a más de 400.000 hectáreas.
«La superficie que está hoy día con incendios es mucho menor que la del año pasado», señaló Tohá, pero precisó que la mayor preocupación esta vez se centra en que algunos de los incendios activos se están desarrollando muy cerca de zonas urbanas «con la potencialidad muy alta de afectar personas, viviendas e instalaciones».
Fuente: bbc.com