De acuerdo al último reporte del estudio de Lancet Countdown Sudamérica, el país lidera este ranking con 240 muertes por millón de habitantes. Karla Yohannessen, académica de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Chile aborda este problema que no solo provoca la pérdida de vidas humanas, sino que, además, se traduce en costos económicos para el Estado y en el deterioro considerable de la calidad de vida de las personas y de la flora, fauna y el suelo. Los efectos en la salud pública que genera la mala calidad del aire son negativos y van desde el fallecimiento a edad temprana, hasta contribuir con el cambio climático. Esto, sumado a enfermedades respiratorias, circulatorias, cáncer y alteraciones en la función cardiovascular, provoca un impacto sustantivo en los gastos de salud, además de influir en el desempeño laboral y escolar por los síntomas asociados.