Una de mis aspiraciones es que los expertos hagan un ejercicio radical de empatía y diseñen la norma constitucional tomando en cuenta cómo podrían ser sus otras vidas posibles, como en la película. En qué posición social estarían si no hubieran tenido la fortuna de tener los padres que tuvieron, o si fueran inmigrantes, o si tuvieran solo una inteligencia promedio, o si no tuvieran el carácter, la determinación y disciplina que tienen, o si fueran discapacitados, o si pertenecieran a grupos marginalizados o a disidencias sexuales, o si no hubieran tenido el profesor o el jefe que tuvieron, en fin, si ese enjambre de accidentes vitales que explican su vida actual no se hubiera tejido de la forma en que se tejió.