Los datos son el oro de la IA, porque gracias a ellos se puede de predecir y captar la cognición grupal, poniéndola al servicio de estrategias de construcción social. Un ejemplo estatista autoritario es China y su sistema de crédito social que clasifica la reputación cívica de las personas mediante técnicas de IA, otorgando premios o sanciones (ganancia o pérdida de beneficios sociales). El otro modelo es el occidental, donde las grandes corporaciones, con el aval del Estado liberal, le van asignando a cada ciudadano su lugar en la polis-mercado. Así es como la IA está siendo usada como herramienta de control y reformateo social, nacional e internacional.