Si la paz fuera poca cosa no habría que tomarse la Navidad en serio

Las migraciones forzadas son un signo de este y de todos los tiempos, pero cada persona o familia obligada a migrar tiene algo tan único que contar, como esas penas que no podemos desahogar con nadie. Ellos, ellas, rezan para que sus hijos e hijas no sean despreciados si logran traspasar la frontera. En este tiempo, y seguramente en cualquier otro, la Navidad puede ser una estrella en la oscuridad, una tabla tras el naufragio, un momento íntimo, un amigo, una risa porque sí, unos ojos, un poco de calor, una hija que crece, un guiño de consuelo, de perdón, otra oportunidad. Algo así necesita nuestra época, un momento, un rato. Conversar, aunque sea por un rato. 

Las migraciones forzadas son un signo de este y de todos los tiempos, pero cada persona o familia obligada a migrar tiene algo tan único que contar, como esas penas que no podemos desahogar con nadie. Ellos, ellas, rezan para que sus hijos e hijas no sean despreciados si logran traspasar la frontera. En este tiempo, y seguramente en cualquier otro, la Navidad puede ser una estrella en la oscuridad, una tabla tras el naufragio, un momento íntimo, un amigo, una risa porque sí, unos ojos, un poco de calor, una hija que crece, un guiño de consuelo, de perdón, otra oportunidad. Algo así necesita nuestra época, un momento, un rato. Conversar, aunque sea por un rato. 

Comparte la noticia