Acaba de finalizar la COP27, donde quedó claro que las metas 2030 están muy lejos de cumplirse, en parte por la falta de compromiso de los países desarrollados, que en definitiva son los que más contaminan. Sin embargo, quienes trabajan en y por el agua quedaron con un gusto positivo, porque por primera vez en la historia de la Conferencia el agua ingresó como tema relevante en la Cumbre de Presidentes, tuvo su propio pabellón y se registraron metas concretas al respecto. Además, se instaló en la agenda principal la adaptación, es decir, pasar de la vulnerabilidad a la resiliencia. Pero el gran punto sigue siendo hacerse cargo económicamente del tema.