Chile, a través de los impuestos y fuentes de trabajo, busca obtener desarrollo y calidad de vida. El litio podría aportar a ambos objetivos, siempre y cuando se impulse una clara política de Estado para levantar fábricas de baterías. Su utilidad es amplia: uso solar; automóviles; computadores portátiles; tablets o teléfonos que requieren de baterías livianas, recargables y portátiles. Por otro lado, también se pueden explorar aplicaciones relacionadas con el rubro de vidrios y cerámicas, entregando propiedades mecánicas, que evitan la fractura del vidrio con el calor, ya que, al incorporar litio presentan una menor expansión térmica y temperatura de fuego.