Si hay un beneficio para la ciudadanía, la cocina se justifica. Y siendo que necesitamos que la nueva Convención Constitucional funcione —pues sólo así podremos asegurar gobernabilidad para Chile a largo plazo—, no debemos tener complejos en intentar hacer una buena cocina constitucional. Ahora bien, nada asegura que la nueva Convención Constitucional termine siendo una buena cocina. Pero las medidas propuestas al menos contribuyen a ello sin descuidar la transparencia mínima necesaria para fiscalizar a este órgano. Por tanto, aquí las dejo sobre la mesa.