Christian Larraín defendió el diseño de la reforma de pensiones del Gobierno, tanto el aumento de la cotización, así como su distribución y la decisión de separar la industria de las AFP de la administración de los fondos en cuanto a cobranza, recaudación, atención al cliente y pago de las pensiones, una decisión que es «100% técnica, no ideológica». Y agregó: «No hay argumentos económicos para que en una misma institución estén concentradas las actividades de soporte e inversión para que el rol de los privados esté alineado con los principios de la seguridad social y no como tenemos hoy, con una industria que tiene un margen de ingreso sobre gastos de 120%”.