La pobreza también debe ser entendida tomando en cuenta las oportunidades disponibles en la sociedad y las capacidades que tienen las personas para aprovecharlas, ya que esto define lo que estas pueden ser y hacer. Querer hablar de pobreza no es desconocer los innegables logros realizados por el país en la materia, tampoco significa querer mirar el “vaso medio vacío” del progreso social y económico alcanzado, sino más bien busca poner nuevamente en primera línea de la discusión pública la urgencia de erradicarla. La pobreza es causa y consecuencia de la vulneración de derechos humanos, y abordarla en toda su complejidad debe volver a ser una política de Estado y un compromiso de toda la sociedad.