La cruda realidad es tan compleja, que les resulta a los políticos absolutamente necesario insistir nuevamente en un proyecto de resguardo de infraestructura crítica que, obviamente, tiene que ser realizado por militares, marinos y aviadores, el cual vuelve a alejar a las instituciones de sus roles primarios, pero con el agravante de que rebaja las exigencias de supervisión del Congreso al correcto uso que se les debe dar, más aún cuando es para fines de seguridad interior. Un gran tongo. Un tongo olímpico, tal vez un tongo con esteroides. Los mismos que frente a las rostros de nuestros militares, marinos, aviadores, carabineros y policías, sabiendo que estaban atados de manos por las cadenas de un juramento de la obediencia a la Patria, de sacrificio y de amor a Chile, les gritaron en sus caras, los denostaron, los humillaron, incluso el mismo comandante en Jefe de la FFAA, les cantó en la cara, con una sonrisa en los labios, canciones deshonrosas