En vísperas de las presidenciales más polarizadas en la historia de Brasil, la principal duda es si Lula, el líder del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), conseguirá más de la mitad de los votos válidos, que le garantizarán la elección sin necesidad de segunda vuelta. La otra gran duda en la víspera de las presidenciales es la posible reacción de Bolsonaro en caso de una derrota, ya que el presidente ha dicho que tan sólo aceptará el resultado en caso de que las elecciones sean «limpias y transparentes», algo que ha generado incertidumbre. Pese al amplio favoritismo de Lula en las presidenciales, los líderes en los sondeos en las disputas por los Gobiernos regionales son candidatos de partidos de centroderecha.
El Unión Brasil, un partido nacido el año pasado de la fusión de los derechistas Demócratas y Partido Social Liberal, es la formación que, según los sondeos, podría obtener más gobernaciones en las elecciones regionales, ya que, según las últimas encuestas, sus candidatos son favoritos en al menos 7 de los 27 estados del país.