La criminalidad no es un reality show

¿Armarse hasta los dientes? ¿Detenerlos y dispararles a todos? Medidas bien populares, pero carentes de toda racionalidad y deliberación a la altura de la complejidad de un fenómeno social en pleno desarrollo. Nadie puede quedar ajeno a la rabia cuando se está en presencia de crímenes cobardes y crudos, pero de pronto olvidamos 20 años de desarrollo de delincuencia al alero de una desigualdad aberrante que se empina en lo ridículo, en un margen de al menos los últimos 50 años. Podríamos aquí perfectamente también sumar el antecedente de una crisis migratoria mundial sin precedentes y que en Sudamérica se expresa en Estados fracasados con ideas fracasadas y que, con violencia estatal, terminan autoexiliando a millones de sus ciudadanos en búsqueda de una vida mejor. El problema es que no circulan por el mejor continente para eso y en masa llegan a Chile. 

¿Armarse hasta los dientes? ¿Detenerlos y dispararles a todos? Medidas bien populares, pero carentes de toda racionalidad y deliberación a la altura de la complejidad de un fenómeno social en pleno desarrollo. Nadie puede quedar ajeno a la rabia cuando se está en presencia de crímenes cobardes y crudos, pero de pronto olvidamos 20 años de desarrollo de delincuencia al alero de una desigualdad aberrante que se empina en lo ridículo, en un margen de al menos los últimos 50 años. Podríamos aquí perfectamente también sumar el antecedente de una crisis migratoria mundial sin precedentes y que en Sudamérica se expresa en Estados fracasados con ideas fracasadas y que, con violencia estatal, terminan autoexiliando a millones de sus ciudadanos en búsqueda de una vida mejor. El problema es que no circulan por el mejor continente para eso y en masa llegan a Chile. 

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