No existe ningún fundamento estratégico, lógico o de sentido común para que Chile se reincorpore a UNASUR. No ganamos nada y perdemos mucho. Los principales países que nos invitan o nos seducen para ingresar nuevamente, tienen intereses sobre nuestro territorio terrestre, marítimo y antártico o son competidores de nuestra economía. No perdamos nuestra autonomía y capacidad de ser libres, de tomar nuestras propias decisiones.