La eficacia de demoliciones resulta discutible, pero a Carter eso no lo inmuta, sobre todo, porque el narco es flexible; tiene la capacidad logística para cambiar de espacios con facilidad, y se mueve como pez en el agua en los sectores que controla en todo el país. La demolición puede ser llamativa, sin embargo, conmociona a la comunidad inmediata del barrio intervenido (en Los Quillayes hubo duros enfrentamientos entre pobladores y Carabineros). La acción del municipio solo se concentra en el microtráfico sin afectar a los grandes traficantes ni a sus proveedores. En las demoliciones ejecutadas en La Florida no se incautó drogas ni armamento ni recursos relevantes en las “caletas” de los narcos. Los millonarios recursos gastados en cada demolición provienen de las arcas municipales, además, se echa mano a un amplio contingente de policías en cada episodio.