El uso permanente de las FF.AA. en tareas excepcionales es evidencia concreta de que el Estado y sus instituciones han sido sobrepasados y degradados, así como la tendencia a su uso permanente indica la disposición del mundo político de querer administrar un problema más que solucionarlo. En el mediano y corto plazo dicho costo será muy superior a los beneficios de actuar en forma proactiva, adoptando las medidas adecuadas, con pleno respaldo a las instituciones que constitucionalmente deben velar por el Estado de Derecho. De esta forma, se fortalece y no debilita el sistema democrático. No hacerlo es autoengañarse, como en el dicho popular “cometiendo trampa en el solitario”.