Si bien los procesos estéticos han tenido diversificación de acuerdo a los “distintos” tiempos y culturas, esto no es una excusa para un libertinaje de acción en lo que concierne a la amplificación de las subjetividades. Me explico. En el occidente tardío que vivimos (a pesar y entre medio de una globalización tecnológica impensable) los procesos de radicalización subjetiva que se han intentado en el terreno de apropiación de las artes, es el statu quo el que regula la posición del arte en determinados procesos históricos. Un ejemplo indiscutible es la institucionalización chilena del arte que se ha llevado a cabo en los últimos 23 años. Si bien siempre existen detractores y distractores, el posible juego político del arte ha sido de un rol eufemístico. La institucionalización estatal del arte a impedido, en todo este período, el surgimiento de un arte contemporáneo.