Una sola flor no hace la primavera y esta llega cuando todas se alzan en el jardín. Las civilizaciones de China y Chile son frutos espléndidos de las civilizaciones de la humanidad. Ambos países deben y pueden unirse para promover los valores comunes de toda la humanidad, fortalecer el intercambio y el aprendizaje mutuo entre civilizaciones, hacer mayores contribuciones a la construcción de una comunidad de futuro compartido para la humanidad, y al desarrollo y progreso de los seres humanos.