Crece la polémica interna y la condena de organismos de derechos humanos e incluso de EE.UU. por la cárcel de alta seguridad para 40 mil personas. Después de ser considerado en 2015 el país más violento del mundo, hoy las medidas aplicadas por el mandatario salvadoreño han significado una sensible disminución de la criminalidad en la nación centroamericana, lo que ha significado un enorme apoyo ciudadano cercano 90%.