La caída abrupta que tuvo la tasa de interés provocó que las CSV hicieran una jugosa ganancia por el lado de sus activos (distribuidas después como dividendos, use discernimiento el lector), pero los activos vendidos fueron reemplazados por papeles menos rentables; y por el lado de los pasivos, no se reconoció todo el aumento del valor de la deuda con los pensionados, producto de que estos nunca han sido valorizados a la tasa libre de riesgo sin premios. Y ahora, con el aumento en la tasa de interés, las CSV tienen activos que se han desvalorizado (similar a lo que le ocurrió a SVB), y pasivos que, aunque menos que antes, siguen subvalorados. Resumen: activos que valen menos, dividendos ya repartidos a la matriz, y deudas con los pensionados cuyo valor real no se refleja en la contabilidad. El riesgo sistémico de las CSV es significativamente mayor que el de SBV. Téngase presente que este es un riesgo real que afecta a todo el sistema de pensiones. En este caso, el pánico tendrá fundamentos económicos; y mientras más tarde ocurra, mayor será el impacto.