La encrucijada del Gobierno

Los giros de las últimas semanas del Gobierno han sido claves para emprender una posición mucho más de centro, intentando cautivar una adhesión ciudadana alejada del nicho de la izquierda. Y, por cierto, también intentando poder llegar a aquellos sectores del Congreso que se han descolgado de las decisiones anteriores, pero que son necesarios para poder levantar los intereses programáticos de La Moneda. Esta encrucijada obliga al Gobierno a ampararse dentro de su sector y afiatar los lazos con el Socialismo Democrático y, de la misma manera, compromete estrechar las relaciones con el Congreso, pese a las dificultades por la suma de movimientos políticos. De no ser así, el ambicioso programa de Gabriel Boric sigue muy frágil frente a las fluctuaciones políticas que se presenten. 

Los giros de las últimas semanas del Gobierno han sido claves para emprender una posición mucho más de centro, intentando cautivar una adhesión ciudadana alejada del nicho de la izquierda. Y, por cierto, también intentando poder llegar a aquellos sectores del Congreso que se han descolgado de las decisiones anteriores, pero que son necesarios para poder levantar los intereses programáticos de La Moneda. Esta encrucijada obliga al Gobierno a ampararse dentro de su sector y afiatar los lazos con el Socialismo Democrático y, de la misma manera, compromete estrechar las relaciones con el Congreso, pese a las dificultades por la suma de movimientos políticos. De no ser así, el ambicioso programa de Gabriel Boric sigue muy frágil frente a las fluctuaciones políticas que se presenten. 

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