En la UDI –lo mismo en RN y en particular en Evópoli– gran parte de sus dirigentes apenas habían nacido para el golpe de Estado. Por tanto, para este antiguo «coronel», es una oportunidad porque él sigue siendo un rostro vinculado a esa época oscura de Chile. De esta forma, la derecha chilena tradicional podrá empezar a cerrar una etapa larga en que fueron, al menos, cómplices de muchos dolores, y podrán mirar hacia adelante con más tranquilidad, desligándose de esa otra derecha, la de JAK, que sigue pensando como la UDI de los 80. Vaya paradoja, Coloma en la testera del Senado con una nueva Constitución y guardando un minuto de silencio por los detenidos desaparecidos y para que nunca más se repita en Chile lo que se vivió entre 1973 y 1990.