Cómo pueden estos vecinos entender que un contingente enorme de Carabineros, carros y autos policiales (nunca vistos en ese barrio) sirva a fines que no son otorgarles seguridad y protección. Que cuando llaman a Carabineros, estos no responden. Nadie duda que la seguridad del Presidente es importante, pero esa brecha extrema y demasiado patente de inseguridad resulta simplemente incomprensible e insultante. Mal que mal, el Primer Mandatario es un ciudadano igual que cualquier otro.