El presidente Ricardo Lagos en 2003 logró evitar que quebrara el mercado financiero chileno nombrando como presidente del Banco Central al economista Vittorio Corbo. Gabriel Boric hizo algo similar el viernes pasado en Cancillería al nombrar como ministro de Relaciones Exteriores al panzer de la diplomacia chilena, Alberto van Klaveren, y al reconocer que para gobernar era fundamental contar con ministros y subsecretarios experimentados y eficientes que lograran resultados concretos.