El impostor (y los expertos)

Frente al especialista, el ignorante enciclopédico mete las narices en todas partes, husmea en todas las disciplinas. Conoce, de modo más o menos vago, todos esos lenguajes, los traduce y, si es posible, construye puentes. Sabe que la realidad no es exclusivamente química, ni física, ni biológica, ni siquiera psicológica o filosófica. Sabe que todas esas disciplinas son meros modos de aproximación. Bruno Latour lo dijo poco antes de morir. El instante de la muerte es el momento propicio para reírse de la propia especialidad, para desprenderse de las propias opiniones. El momento mágico para darse cuenta de que el impostor es el experto. 

Frente al especialista, el ignorante enciclopédico mete las narices en todas partes, husmea en todas las disciplinas. Conoce, de modo más o menos vago, todos esos lenguajes, los traduce y, si es posible, construye puentes. Sabe que la realidad no es exclusivamente química, ni física, ni biológica, ni siquiera psicológica o filosófica. Sabe que todas esas disciplinas son meros modos de aproximación. Bruno Latour lo dijo poco antes de morir. El instante de la muerte es el momento propicio para reírse de la propia especialidad, para desprenderse de las propias opiniones. El momento mágico para darse cuenta de que el impostor es el experto. 

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