De aprobarse la reforma hoy, las pensiones suben para todas las mujeres y la brecha de género se reduce para las actuales y futuras pensionadas. Por ejemplo, la brecha desaparece para todas las mujeres de 65 años, que hayan cotizado la mitad de su vida y cuyos ingresos laborales promedio no superen el $1.500.000. Para el 10% restante de mujeres que están en tramos de ingreso más altos, las pensiones también suben. Si bien no se logra eliminar la brecha, esta se reduce considerablemente.