La organización ambientalista Greenpeace habló de «una victoria monumental». «Este tratado da un marco para ver cómo vamos a realizar la protección de una superficie marina que es casi dos tercios de los océanos del planeta, muy grande y poco regulada, donde se encuentran muchas especies que son migratorias», destacó por su parte la directora ejecutiva de Oceana Chile, Liesbeth van der Meer. «Ese sector es probablemente uno de los menos conocidos del planeta, pero también el más importante del mismo. Hoy sabemos que la mayor diversidad del planeta está en el océano, que es el mayor secuestrador de carbono y el mayor productor de oxígeno. Tener reglas para distribuir los recursos genéticos que allí existen es una cuestión clave. Lo que necesitamos ahora es ratificar el acuerdo para que pueda entrar en vigor y para trabajar los detalles de lo que significa», aseguró Max Bello, asesor de políticas públicas del océano de Mission Blue. El tratado es considerado esencial para conservar el 30 por ciento de los océanos del mundo hacia 2030, como prometieron los gobiernos del globo en un acuerdo firmado en Montreal en diciembre pasado. Actualmente, apenas el 1% de la altamar está protegida.