La cooperación internacional es sin duda la clave para anticipar y enfrentar los grandes desafíos relacionados con la migración actual y futura. Hoy, los refugiados climáticos son más numerosos que las personas desplazadas por conflictos. Sabemos que el cambio climático agrava y agravará el movimiento de personas que deben abandonar sus territorios por ser inhóspitos para la vida humana. Las previsiones del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) dejan pocas dudas: la desertificación y el aumento del nivel del mar empujarán no a millones, sino a decenas, incluso cientos de millones de refugiados, a las carreteras dentro de unas pocas décadas.