Nuestro sistema electoral pareciera que no se adecua al contexto político que hoy vive el país y necesita de una reforma que transe algunos grados de representatividad por más estabilidad y menos fragmentación. Sin embargo, la discusión sobre el sistema electoral había quedado marginada del debate público hasta hace poco. Esto cambió gracias al debate sobre la nueva Constitución, lo cual es positivo, pues, a partir de las discusiones de ingeniería electoral, se puede dar respuesta a las profundas problemáticas políticas que tiene hoy nuestro país y que están siendo desatendidas.