Volver a poner bajo la alfombra el tema constitucional, como hicimos entre 2005 y 2022, y seguir confiando en la reforma de la actual Constitución que ahora prometen los mismos sectores que antes del plebiscito de septiembre llamaron a votar Rechazo y se comprometieron a un nuevo y pronto proceso constituyente que ahora tratan de eludir, nos expondría a volver más adelante a tropezarnos con la alfombra y a clamar al cielo si en tal caso retornan las protestas sociales de 2019.