En un nuevo escenario crítico, emerge una gran oportunidad para asegurar no sólo la sostenibilidad de la industria local, pero sobre todo, agregarle valor y dar un salto cualitativo respecto de la competencia en otros hemisferios. Ello, desde el punto de vista de la autoridad fiscalizadora y de la supervivencia del negocio, supone el que las empresas superen una “estrategia reactiva de simple cumplimiento legal” (funcional a cierto tipo de consultoría que profita de un estado permanente de incumplimiento y al hundimiento de la industria), por otra de “cumplimiento correctivo y preventivo ejemplar”. Es decir, supone instalar un nuevo estándar socioambiental para la industria.