Reforma de pensiones: ¿la tercera es la vencida?

Veremos en los próximos meses las contorsiones de la derecha contrarias a su propio paradigma de la competencia en los mercados y veremos una vez más que cuando priman los intereses privados, los paradigmas suelen dejarse de lado. La argumentación, ya en uso, privilegiará la idea que el Estado es un mal administrador. Si lo fuera, los privados no tendrían entonces mucho que temer en el nuevo mercado de las pensiones de capitalización individual. Por su parte, que un órgano público autónomo administre en exclusividad el 6% de un total de 16,5% de cotización obligatoria parece muy razonable para construir un sistema mixto con al menos algunos grados de seguridad social, lo que solo puede asegurar un órgano estatal para producir redistribuciones junto a un recaudador y pagador único para abaratar costos de administración. 

Veremos en los próximos meses las contorsiones de la derecha contrarias a su propio paradigma de la competencia en los mercados y veremos una vez más que cuando priman los intereses privados, los paradigmas suelen dejarse de lado. La argumentación, ya en uso, privilegiará la idea que el Estado es un mal administrador. Si lo fuera, los privados no tendrían entonces mucho que temer en el nuevo mercado de las pensiones de capitalización individual. Por su parte, que un órgano público autónomo administre en exclusividad el 6% de un total de 16,5% de cotización obligatoria parece muy razonable para construir un sistema mixto con al menos algunos grados de seguridad social, lo que solo puede asegurar un órgano estatal para producir redistribuciones junto a un recaudador y pagador único para abaratar costos de administración. 

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