Uno de los principales problemas de la antigua Convención Constitucional —problema compartido por gran parte de las democracias en el siglo XXI—, fue su cuasi-total transparencia. Si algo contribuyó a erosionar la confianza ciudadana en la antigua Convención, junto con minar los esfuerzos de sus sectores más moderados por alcanzar acuerdos constitucionales viables, ese algo fue que los medios de comunicación y las redes sociales transmitieron casi todo lo que ocurría en esa Convención casi todo el tiempo.