Debemos contribuir al espíritu comunitario, retomar los proyectos integracionistas con programas concretos a nivel regional en múltiples áreas: institucionales, infraestructuras, energías sostenibles, protección del medioambiente, igualdad de género. Pensar juntos programas sobre recursos estratégicos no quiere decir aislarse del mundo, sino insertarse mejor en él, y estar mejor parados frente a otras potencias. Es vital reforzar nuestra integración económica. Otra de las prioridades absolutas es el fortalecimiento de la educación y el conocimiento, con mayor movilidad e intercambios, financiamiento de formaciones y cooperación académica entre los países de la región.