En estas últimas semanas hemos visto la abismante distancia del mundo político –y algunos medios de comunicación– con los(as) ciudadanos(as). Y el espectáculo ha dado vergüenza ajena. Olvidaron que la gente (y no los delincuentes) exigió en la calle un cambio de Constitución –incluido el acuerdo del 15/N y que obligó a un reacio Piñera a llamar a un plebiscito–. Olvidaron, también, el resultado del plebiscito de entrada y las demandas sociales –según encuesta de la UAB, un 83% considera que NO se ha dado respuesta a las exigencias del 18-O–.