Hay que comprender que los medios de comunicación son empresas informativas, ya sea grandes empresas o pymes. Esto significa que también se regulan por criterios y variables económicas, tanto los medios comunitarios o independientes como los hegemónicos. Es un error, entonces, dejar fuera del debate estos aspectos, como suele hacerse desde el lado de los medios comunitarios o alternativos, desatendiendo las condicionantes económicas. En síntesis, estamos frente a un problema tanto simbólico como económico y político, tanto del capital cultural como financiero. La disputa debemos entenderla en la complejidad, al menos, de ambos frentes.