Pareciera ser que el más plausible camino a seguir sería el de una Convención mixta entre expertos y personas elegidas por un proceso democrático a través de partidos y listas políticas. Es decir, un mecanismo de Convención en donde, aproximadamente, el 50% esté compuesto por convencionales electos y el otro 50% por expertos, pero donde, además, dichos expertos se encuentren en las listas propuestas por los partidos políticos, vale decir, que los propios ciudadanos decidan qué expertos participen. Por lo demás, parece ya una obviedad destacar que el órgano debe incorporar paridad, para seguir disminuyendo la brecha de representatividad política de las mujeres. También, resulta clave que los independientes vayan en las listas de los partidos, coaliciones o pactos electorales y no listas propias –como ya ocurrió–. Esto básicamente respondería a que los independientes deberían rendir cuentas –el denominado accountability– a una institución o coalición.