Estamos en un momento de expectación. Se trata de un momento histórico complicado de gobernar para cualquiera. Por ello, si alguien espera sacar réditos mezquinos de esta coyuntura, significa que no comprendió la gravedad de la situación. Esta es la hora de los verdaderos líderes que nos saquen del pantano en que Chile ha estado durante la última década. Es una tarea difícil, pues se trata de conducir a la sociedad en un minuto donde confluye un bajo crecimiento económico, una inflación que no se detiene y con demandas sociales que se hacen urgentes de resolver. Es una verdadera tormenta perfecta.
Es de esperar que así como se abordó el estallido social mediante un camino institucional y democrático, nuevamente encontremos la manera de resolver las discrepancias que nos conduzcan a un nuevo acuerdo sobre el modelo de desarrollo que Chile requiere bajo una nueva Constitución con legitimad de origen y con una verdadera representación social y política.