Si bien es importante que el órgano constituyente cuente con personas expertas que puedan aportar a lo largo del proceso, las preguntas que los tomadores de decisión se debieran hacer para no cometer los mismos errores de la reciente Convención no son las relativas a la presencia de los técnicos, sino, primero, qué diseño electoral, en un sistema multipartidista, obliga a que las fuerzas políticas dependan más del elector moderado por sobre el polarizado para alcanzar un escaño. El fracaso de la propuesta de nueva Constitución no se debió a la cualificación de los convencionales electos –muchos de ellos eran reconocidos académicos en diversas áreas–. Tampoco se explica por la pertenencia de los convencionales. La principal razón fue la desequilibrada distribución de fuerzas políticas y la ideología que finalmente hegemonizó los contenidos de la propuesta constitucional.