La liviandad en la ejecución de lo político; cuya exhibición en las rrss es un síntoma y al mismo tiempo un medio para aquello; se confronta a un activismo, en esas mismas redes, de los grupos de derecha y extrema derecha, un desempeño muy intenso y eficiente como lo demostró el éxito de la campaña del Rechazo. Pensar que la receta adecuada para contrarrestar las dinámicas que se reforzaron posteriormente al 4S, es tan simple como regresar al manejo político del “tiempo de antes” y/o focalizar demasiado el actuar político sobre la reanudación o no del proceso constituyente, son quizás caminos que pueden reducir, para el gobierno, aún más el margen de acción que ya se restringió considerablemente después del plebiscito. Se debe cambiar una metodología si esta no da resultado, porque lógicamente el pueblo que se gobierna no se puede cambiar. Hay que tratar de no quedar encapsulado y “prisionero” de su propia condición, modus operandi y también de las circunstancias.