El triunfo del Rechazo no borra la rotunda decisión ciudadana de que la Constitución de 1980 no lograba suplir las grandes brechas sociales que afectan al país, siendo un cerrojo no solo a las transformaciones sociales demandadas sino también a que Chile pueda avanzar con justicia y comunión. Esta ha sido una conclusión transversal de todo el espectro político, desde Apruebo Dignidad hasta Chile Vamos. La ciudadanía rechazó un texto cuya lectura de las necesidades sociales no se encontraba del todo acoplada a las demandas contingentes más importantes, como seguridad y pensiones.